La cuadratura del cuadrado es el título de la obra de Violeta Chiang.
El título de la obra hace referencia a un problema geométrico conocido como la cuadratura del cuadrado. Este problema plantea cómo organizar una serie de cuadrados de diferentes tamaños dentro de uno más grande, sin dejar espacios vacíos. En la obra de Violeta, utiliza resina pigmentada de colores con las que interviene telas de diversas dimensiones dispuestas como cajas de luz. Estas telas se colocan en la Galería Hifas, que actúa como marco de una pintura más grande.
La exposición busca dar tridimensionalidad a lo pictórico, utilizando las transparencias de la ventana, las telas y los pigmentos sobre ellas.
¡Bienvenidos a la exposición de Violeta Chiang! Descubran “La cuadratura del cuadrado”, una obra que desafía la realidad y nos sumerge en la abstracción.
Artista Visual: Violeta Chiang /Curadora: Violeta Chiang / Texto Teórico: Lucia Egaña / Productor: Patricio Soto / Estrategia de RRSS: Andrea Olea / Prensa: Denisse Leighton / Registro fotográfico: Marcos Saavedra
Violeta Chiang lleva años impulsando proyecto territoriales en el Barrio Yungay que, como me comentó hace poco, buscan “hacer transparentes los muros de los espacios culturales y de las casas”. La Galería Hifas es una vitrina, un espacio que permite mirar al pasar lo que hay en el interior, un hoyo que deja ver lo que pasa adentro del taller “Ojo de pez”. Y en este caso la Galería Hifas es también el marco para la gran pintura de Violeta.
El título de la obra, La cuadratura del cuadrado, remite a un problema geométrico sobre el que han reflexionado desde matemáticos hasta tejedoras de colchas. El problema consiste en cómo organizar una serie de cuadrados de distintas dimensiones dentro de uno mayor, sin dejar espacios vacíos. En la obra La cuadratura del cuadrado la artista utiliza una pintura transparente que a la vez se imprime sobre telas traslúcidas dispuestas como cajas de luz. Se suman las transparencias de la ventana, de las telas y de la pintura que hay sobre ellas en una coreografía material que pareciera buscar dar tridimensionalidad a lo pictórico. Como una manta que se expande con profundidad hacia los confines del cuerpo que cubre. Es habitual que la pintura tenga muchos vínculos con lo doméstico y que se parezca en varias cosas a la cocina: hay años de ensayo y error previos a saber exactamente cuál es la técnica adecuada, antes de saber cuál es el gusto elegido y cómo conseguirlo. Violeta ha estado experimentando en este Barrio para saber cómo llegar a cocinar estas pinturas transparentes, o con qué sistema iluminarlas por detrás, en una práctica en la que, además de pintora, es cocinera y electricista.
Por último decir que conozco a Violeta desde hace casi 20 años, y su trabajo siempre se ha presentado desde la abstracción. La pintura y el arte abstracto nos lleva a preguntarnos una serie de cuestiones, como ¿por qué redundar en la realidad tal como hemos consensuado verla? ¿por qué representar desde esta visión humana centrada en la representación de “lo real”? ¿no podría ser acaso más interesante emanciparnos de esas imágenes a las que parecemos estar atadas en nuestras visiones cotidianas? ¿qué preguntas y espacios se nos abren cuando no dependemos de tener que reconocer algo en concreto? ¿qué pasa cuando no podemos decir “esto es una casa”, “un niño”, “un perro” o “un plato de comida”? ¿qué clase de desorientación perceptiva puede abrirnos lo abstracto? Cuando no existe una imagen claramente identificable tampoco podemos decir si aquello está bien o mal representado, porque no es claro qué es y probablemente no haya nada que esté siendo representado. Lo abstracto no tiene un referente concreto y por eso muchas veces está liberado (y nos libera) de esta realidad que nos oprime.
Lucía Egaña Rojas
Santiago, mayo 2023
Violeta Chiang (Santiago,1983)
Estudió Pintura en la Escola Massana (Barcelona). Después de permanecer 10 años en Europa, regresa a Chile, en 2011 y se instala en el Barrio Yungay, donde vive hasta la fecha. Actualmente, coordina y gestiona Artistas Yungay, Taller Ojo de Pez y Galeria Hifas. Violeta establece un diálogo con los materiales y las herramientas que utiliza, alternando sus decisiones con las posibilidades que éstos le proponen. Mediante referentes formales variados -y aparentemente inconexos-, vincula lo artificial con lo orgánico. A partir de colores saturados y de la simulación de volúmenes inestables, propone imágenes que traspasan una lectura formal, evocando emociones, sensaciones e ideas sin anécdota reconocible, alterando la percepción habitual y provocando una conmoción sensorial.
Las panelistas invitadas son:
ANDREA VERA GAJARDO
Andrea tiene un Doctorado en Ciencias mención Matemática de la Universidad de Chile (2013) y un Post-doctorado en el Department of Mathematical Sciences, Durham University, Reino Unido, (2016). Feminista, actualmente profesora en la Universidad de Valparaíso y vecina del Barrio Yungay por 7 años.
LUCIA EGAÑA ROJAS
Artista, escritora y transfeminista. Estudió Bellas Artes, Estética y Documental. Actualmente realiza un doctorado en Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su investigación intersecciona el arte con los feminismos, los procesos coloniales y migratorios, la postpornografía, la tecnología y el error. Trabaja con medios como el videoarte, las instalaciones artísticas, el collage o la pedagogía.
Modera Javiera Manzi. Socióloga, investigadora, archivera y coordinadora feminista.
Fotografías de Marcos Saavedra @marcos_saavedra_ph
El 7 de agosto a las 11:30, se llevó a cabo una actividad de mediación en el Taller Ojo de Pez, donde la artista Violeta Chiang interactuó con un grupo de alumnos provenientes de la Escuela Libertadores de Chile en Santiago.
El foco principal del evento fue una exploración profunda de la obra titulada "La cuadratura del Cuadrado".
La artista guió a los niños participantes a través de una mediación que les permitió conectarse emocional y conceptualmente con la obra, despertando su curiosidad y sensibilidad artística.
Después de esta introducción, Violeta Chiang abrió las puertas al mundo de la teoría básica del color. Con gran pasión y entusiasmo, invitó a los niños a experimentar con acuarelas, un medio versátil y lleno de posibilidades.
Los estudiantes, motivados por la energía contagiosa de la autora de la obra, se sumergieron en la paleta de colores, explorando sus combinaciones y efectos.
Lo más destacable de esta experiencia fue cómo los estudiantes abrazaron la oportunidad de expresar su visión personal del arte a través del modelo de color CMYK.
Cada pincelada, cada elección de color y cada gesto artístico reflejaban la singularidad de su perspectiva y su creatividad innata.